Plácido domingo… motherfucker lunes
Hola hadrones…
Escribir un blog es menester enriquecedor, siempre que a uno no le avergüence (como a un servidor) escribir en todo un ejemplo de lo que un blog NO debe ser. Me explico: al igual que el pene consta de tres partes bien diferenciadas (prepucio, pucio y postpucio…) todo blog que se tercie debería tener ciertos pilares que le dieran sentido:
- Un blog debe, ante todo, tener una razón de ser
- Un blog debe de tener contenido
- Un blog debe actualizarse… con cierta frecuencia, siendo la frecuencia ν un número entero positivo que va de cero hasta infinito y completamente independiente del estado de ánimo del miembro viril del dueño del weblog
- Un blog debe recibir un feedback mediante comentarios de sus, «ejem» digamos «lectores habituales»… ¡si! y ahora decirme eso de «¡yo no!». Sobre todo tú, si, el que está apartando la mirada al tiempo que hace como que mueve el ratón…
- Un blog debe ser parte de una blogosfera, estar enlazado con otros blogeros que puedan, en mayor o menor medida, estar relacionados o en su defecto compartir un eclecticismo kafkiano
- Un blog debe enlazar a lugares en el cyber-universo que no sólo sean de interés para el blogautor (por supuesto) sino que además los lectores se enriquezcan mas allá de enseñar como se hace una tortilla de espárragos mediante un vídeo tutorial.
…y otros detalles que algún buen amigo dedicado en alma a surfear por los blogs se dignó en recordarme hace ya algún tiempo.
De todos los puntos mencionados antes pienso que el único que estoy siguiendo es el primero; este blog tiene una razón de ser mas allá de evitar enviar un update de mi vida vía email. Lo cierto es que útimamente, al respecto de este blog, se me ha quedado una cara como la que tenía en aquella borrachera colectiva en la «fiesta» de boda de mi ex-compañero de piso Nacho:
Todo un poema mi cara… en fin, que debo hacer algo mas con mi weblog. Yo haré el esfuerzo, vosotros haréis el vuestro… capicci?
Ciertamente lo que me llama a escribir en este diario aún a sabiendas de teclear en el desierto (valga la redundancia…) son principalmente dos motivos, a saber: (a) algún hecho notable que ha transcendido en mi vida en Las Vegas que merece la pena comentar ya sea por gracioso, escatológico, morbóso, tonto o post-modernista y (b) estado de ánimo que te tira para gritar en el cyberespacio ya sea por patadas que te da la vida o por un estado de alegría especialmente dulce (sin llegar al paroxismo). Ciertamente esta entrada del blog se corresponde con esta última.
Este fin de semana lo recordaré por ser especialmente plácido. Tuve una «intuición» (y yo no creo en la combinación «intuición + suerte») en un casino por el que pasamos de casualidad que me llevó a meter un dolar suelto que me dio un alumno en una tragaperras de lo mas hortera con un toro encima y gané 60 dólares. Luego, en otro Casino (precioso… se llama Monte Lago y simula un pueblo italiano a orillas del Lake Las Vegas) tuve otra «intuición»: metimos $3 en la mega máquina tragaperras MegaBucks (el premio en ese momento era de $17,000,000) y nos tocaron $260, a lo que grité «este fin de semana no follo». Por supuesto… y esto ocurrió el viernes.
Bonito sábado, mejor aún domingo… y hoy llegó el lunes. El motherfucker lunes. Cómo es la realidad… 4 días tan intensos que me han recordado una de las mejores series televisivas que he podido presenciar: Californication. Quién me iba a decir que alguna vez me sentiría tan identificado con Hank Moody. Se podrían haber rodado conmigo estos cuatro días un capítulo-piloto de una nueva serie titulada Lasvegasporculation (que mezcla de castellano, inglés y catalán…). Igual cambio de nombre a este weblog…
Ya sólo me resta por hoy enviaros mis deseos de que desde España estéis disfrutando no sólo de las derrotas de Rajoy en los debates televisados (por cierto, he visto a la niña de Rajoy llorando desconsolada en el Casino Hooters dándole a la palanca de una tragaperras…) sino de la cuarta temporada de Lost. Los guionistas de esta serie son para ponerlos en un vitrina con una base escrita en latín.
Saludos y no olvidéis vivir la vida intensamente.
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